Para el año 1956, impulsada por algunos de nuestros ilustres egresados, Barranquilla abre la primera seccional de la Universidad Libre, ofreciendo para la sociedad inicialmente el programa de Derecho.
Más de 100 años de historia Unilibrista
Los inicios de la Universidad Libre se remontan a finales del siglo XIX, con la llamada Universidad Republicana.
Nuestro origen
Fundada en 1890, la Universidad Republicana logró varias décadas de existencia. Sin embargo, debido a problemas económicos y a la ideología que resultó difícil de sostener en aquellos tiempos, no fue posible mantenerla. Así, en 1912 se decidió dar vida a la nueva Universidad, constituyéndola como una sociedad anónima. Su objeto fue registrado de la siguiente manera:
(…) el fin que persigue la compañía es meramente patriótico y los socios fundadores, inspirados en los más elevados ideales, tienen en mira facilitar la instrucción, adaptar los estudios a las necesidades del país y del mundo, desarrollar las facultades de trabajo disciplinado y productivo, levantar el nivel moral por el cultivo de los sentimientos elevados que forman el carácter, y hacer hombres tolerantes, respetuosos de las creencias y derechos de los demás que rindan culto a los deberes e ideales humanos.
Sin embargo, debido a la ideología fundante de esta Institución, en la sociedad se empezó a identificar este nuevo proyecto con otro nombre: Universidad Libre. En 1922, tras superar su carrera presidencial, decidió poner todos sus empeños en darle vida a esta Institución, considerando que era oportuno y conveniente ofrecerle a la juventud una Institución así, donde se expresaran todas las doctrinas filosóficas, económicas y sociales sin límite, para que la mente estudiantil recibiera un baño de luz permanente.
De utopía a realidad: logramos dar apertura a nuestra Universidad Libre
Impulsado por el mensaje recibido del Dr. César Julio Rodríguez, quien lo exhortaba al igual que a los liberales a tomar las decisiones más eficaces para conseguir el efectivo funcionamiento de la Universidad Libre, y apoyado por la convención liberal del 3 de abril de 1922, decidió de manera personal tomar la iniciativa de recaudar los dineros necesarios para darle apertura definitiva a la Universidad. Así, recibió colaboración económica de colegas parlamentarios, donaciones de liberales de diferentes partes del país, así como información de la prensa, cartas, boletines, mensajes, visitas, etc.
Todo el país se enteró de esta campaña docente.
De este modo, el proyecto pasó de ser una utopía a una realidad: el 13 de febrero de 1923 se abrieron las puertas de la Universidad Libre a los sectores sociales menos favorecidos, con la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas; la Facultad de Ingeniería, la Facultad de Literatura y Filosofía; la Escuela de Comercio, la Escuela de Artes y Oficios y la Escuela Preparatoria (Bachillerato).
Proyección nacional, por un mejor país
Aunque, por azar del destino, solo pudo acompañar a esta revolucionaria casa de estudios por un año. La semilla ya estaba sembrada y creciendo bien arraigada. El legado del General Benjamín Herrera Cortés logró trascender las fronteras de la ciudad y el departamento. La Universidad se proyectó como una Institución reconocida a nivel nacional y estudiantes de todas las latitudes del país acudieron a sus aulas y, una vez profesionales, regresaron a sus regiones contribuyendo así con el desarrollo social, económico y político del país. Esto motivó el crecimiento hacia las regiones, conservando siempre los valores, principios y filosofía que la caracterizan, Así, se fundaron seccionales en Barranquilla, Cali, Pereira, Cúcuta, El Socorro y Cartagena; extendiendo los postulados de libertad de pensamiento y de conciencia a través de una educación laica y asequible a todas las personas.
Aquí se cultiva el más auténtico humanismo, el espíritu crítico, la ética, la estética, la tolerancia, la discreción, la solidaridad, el liderazgo y la pasión por el conocimiento, como características que definen tanto al buen Unilibrista como al buen dirigente para la sociedad. Estos rasgos envían a la sociedad colombiana un mensaje inequívoco sobre nuestro compromiso con la excelencia.