Existen personas cuya influencia va más allá de los cargos que ejercen. Son aquellos visionarios que saben que el verdadero impacto no está en los números ni en los reportes, sino en las vidas que revolucionan. El doctor Jorge Alarcón Niño es, indudablemente, uno de ellos.
Su trayectoria en la Universidad Libre no es la de un abogado especializado en derecho administrativo. Es el legado de una persona que convirtió esta Universidad en su hogar, y que, asimismo, contribuyó desde su presidencia para hacerla crecer y progresar.
A partir de su oficio como consiliario en 2001, hasta ocupar la Presidencia Nacional en 2016, Alarcón no se dedicó únicamente a las funciones administrativas. Él comprendió que la universidad no podía quedarse solamente en su gloriosa historia, había que proponer y fomentar mejoras para la optimización y renovación de su dinámica tanto académica como social. Gracias a esto, se logró revitalizar la gestión interna, potenciar la administración y reforzar la transparencia y la honestidad dentro de las instalaciones.
La huella que ha dejado no se define únicamente por la infraestructura o los avances tecnológicos. Se mide por la manera en que abrió puertas para la Universidad. Bajo su dirección, la Universidad Libre se fortaleció y solidificó sus relaciones académicas tanto nacionales como internacionales, creando alianzas que han potenciado la formación de losestudiantes y docentes, haciendo de la institución no solo un símbolo local, en cada una de las regiones sino también una propuesta educativa para contextos más globalizados.
Aparte de sus contribuciones al crecimiento y desarrollo universitario, quienes conocen de cerca y han tenido la oportunidad de trabajar con el doctor Alarcón saben que su principal virtud fue la forma en la que logró conectar con la comunidad unilibrista. No era un presidente distante, de esos que solo trabajan desde una oficina, sino que escuchaba, atendía ideas y apostaba por el talento de quienes pertenecen a la Universidad. Su administración fue un proceso conjunto y respetuoso en el que todos sintieron que sus perspectivas y opiniones eran parte del camino.
Hoy, que su Presidencia concluye, la Universidad Libre le reconoce firmemente que el progreso solo es posible cuando se lidera con determinación y convicciones claras, porque las instituciones académicas no evolucionan a través de los cambios tangibles, sino por los principios y valores que quedan plasmados en los corazones de su gente.
Después de haber cumplido con esta enriquecedora Presidencia le auguramos al doctor Jorge Alarcón Niño el mejor de los futuros y le deseamos la sabiduría, fuerza y belleza para que continúe con sus aportes en bien de la comunidad universitaria a través de su nuevo cargo como Consiliario.